La Otra Campaña en Orizaba

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martes, abril 10, 2007

Represión en Yucatán contra compañer@s de la Otra

El día 13 de marzo 2007, después de una manifestación en contra de la visita de bush a Yucatán que estuvo plagada de provocaciones por parte del estado y en la que se presume, hubo infiltrados que realizaron desmanes, un desproporcionado operativo policiaco de tipo militar detuvo a cerca de 60 ciudadanos entre manifestantes y personas que únicamente observaba lo que ocurría.Entre el 15 y el 16 de marzo se realizaron algunas liberaciones de las personas que unicamente pasaban por ahi y de algunos que según determinó la PGJ estatal alcanzaron derecho a caución.
Durante los días siguientes se ha vivido en el estado una campaña de hostigamiento y represión hacia la juventud de la ciudad de Mérida que se ha manifestado con más detenciones arbitrarias, allanamientos, el cierre del Centro Social/Galerí a Doce Kiin y acoso y vigilancia policiaca en domicilios de algunos de los jóvenes liberados y de los amigos que frecuentemente visitan el penal. Las detenciones del día 13 de marzo, realizadas con lujo de violencia y la incomunicación posterior a los detenidos, los golpes y muchas otras violaciones a derechos humanos denunciadas públicamentes por organismos defensores de la materia, no fueron tomadas en cuenta por el poder judicial.
Durante sus declaraciones, se tiene noticias que por lo menos la Juez Séptima, ante quien se remitió a 21 de las 26 personas consignadas, interrogó de manera tendenciosa a los procesados con preguntas como ¿te consta que George Bush es un genocida? ¿Sabes que quiere decir genocidio?, ¿Por qué protestas contra un presidente que le da trabajo a mexicanos? hecho que hacía temer previamente que dicha juzgadora definiría la situación jurídica de los procesados con base en sus opiniones políticas.
El día 22 de marzo, a las 3 am, según oficios, se decretó el Auto de Formal Prisión a más de 20 de los jóvenes que serán juzgados. Sólo alcanzaron su libertad por falta de pruebas dos jóvenes: Iván Alexander Baas Osorio y Guadalupe de Jesús Tobón Loría. Del mismo modo, alcanzaron libertad bajo fianza dos más: Sara Gabriela Guzmán Muñoz y Fernando Posadas González

Durante la represión a la manifestación pacífica en repudio a Bush, detuvieron entre otras personas a Gaby, Juan y Jhonatan compañeros anarquistas de Xalapa.

A continuación reproducismo la carta de una de las presas políticas Veracruzanas (Gaby) desde Yucatán:


"Conforme me acercaba a la barricada que la policía
había levantado sobre Paseo Montejo los gritos iban en
aumento. Me había quedado atrás por terminar los
últimos detalles de la casa que los compañeros habían
conseguido, decorada con lemas y pinturas. Se había
decidido abrir una galería de arte para exposiciones
sobre los movimientos alternativos en el mundo,
enfocándose especialmente en los días en que el
presidente Bush iba a pisar tierras mayas.
Había mucha gente, alrededor de 500 personas, tal vez
más. Todos gritaban, algunos pateando barricadas,
otros pintándolas con aerosol (como en cualquier
marcha). Así estuvimos como media hora. Al ver que no
se lograba nada se decidió marchar hacia la plaza
grande y manifestarnos frente al palacio municipal o
de gobierno (aún no lo sé).
Llegando allá los compañeros se avalanzaron contra los
granaderos que lo protegían. Eran pocos, tal vez esa
fue la razón por la que en ese momento se perdió de
control la situación. Tratando de introducirse en el
interior se empujaron y patearon las puertas, se
rompieron cristales y se seguía gritando. Yo no dejaba
de tomar fotos, no dejaba tampoco de gritar.
Después de una hora, tal vez un poco más, y tras tal
caos se vio la presencia de los granaderos, eran
cientos. Los amigos con los que había llegado a Mérida
y algunos que había conocido aquí mismo empezaron a
gritarme, ya que me había separado de ellos por todo
el asunto de las fotos (quería captar buenas
imágenes). Yo no les hice caso, no intenté correr ya
que sabía que si lo hacía iban a notar mi presencia y
me iban no sólo a llevar sino a golpearme, como suelen
hacerlo, así que llegando a la esquina decidí correr.
Cuando me detuve (que no fue muy lejos) estaba junto a
otro fotógrafo, quien me dijo que estuvo bien que
hubiera corrido, que a todos nos tratan por igual en
esos casos. Me dijo que no me preocupara, que
cualquier cosa diría que yo era su sobrina. Luego se
fue, iba a tomar más fotos y me quedé sola.
Decidí acercarme otra vez para ver si veía a alguno de
mis amigos, no vi a nadie. Las patrullas no dejaban de
pasar y la plaza aún estaba llena de antimotines. Me
acerqué a una tienda de revistas grande y pedí unas
monedas para hacer una llamada telefónica a mis
compañeros de los cuales no recibí respuesta.
A cinco metros de mí se dejaron venir como 15 o 20
granaderos tras un solo chico. Me escondí tras el
teléfono para que no me vieran. Lo golpearon horrible.
Uno contra quince o veinte, ¿qué tienen en la cabeza?
Y más aún ¿qué podía hacer teniéndolo frente a mis
ojos?
Me moría de miedo, pedí a los de la tienda de revistas
que me escondieran a lo que no se negaron. Me dieron
agua, un cigarro y una silla para tratar de calmarme.
Cuando me avisaron que iban a cerrar y que no podía
seguir ahí les pedí que guardaran mi tambor y chalina
para no verme tan obvia por la calle.
Salí y caminé hacia la parada de camión, a una cuadra
de la plaza. Vi lo que había pasado hace unos minutos
por una televisión de un restaurante, vi a muchos
amigos. Leía las rutas de los camiones sin saber cuál
tomar, sin saber cómo llegar a la casa del amigo donde
me estaba quedando. Sin saber qué hacer, con mi mente
en blanco, empecé a caminar.
Me encontré a los pocos pasos con Yahaira, una chica
que aún no conocía, pero me preguntó por alguien en
común y del cual no sabíamos nada. En eso llegó
corriendo Claudia a la que había visto en la marcha y
nos preguntó si estábamos bien.
No sabíamos qué hacer y yo al no tener casa pensé que
podía quedarme en el ocupa y tal vez vería a algunos
amigos, así que nos dirigimos hacia allá. Gran error.
En la esquina estaba estacionada una camioneta de
electricidad y dudé en seguir caminando pero no tenía
una mejor opción, así que tocamos la puerta y nos
abrió un compañero, el único en la casa y el cual no
había estado en la marcha por quedarse a cuidarla.
Le contamos todo y estuvimos un rato allá tocando y
cantando. Como a las 9:30 se fueron Claudia y Yahaira
y nos quedamos sólo nosotros dos. Al cabo de unos 15
minutos se oyó alguien bajando las escaleras. Eran
varios, primero pensé que eran amigos pero estaba muy
equivocada.
Mi compañero, intentando defendernos a los dos, tomó
un tronco en braza, pero al ver que eran cinco o seis
y que estaban armados, nos dimos cuenta que era
inútil.
La mitad de ellos iba de civil, la otra mitad con sus
armaduras. A él lo golpearon, lo patearon, a mí me
golpearon en la cabeza y espalda, también me jalaron
el cabello.
Totalmente sometidos nos sacaron por la puerta de la
casa (ya que ellos habían entrado por arriba no sé de
qué forma). Nos subieron a la camioneta donde ya se
encontraban Claudia y Yahaira y enseguida que nos
subieron salieron a perseguir a otros más estando ya
en la calle, a cuadras de la plaza, después de hora y
media del suceso. Nos estaban cazando.
A los hombres los subieron como animales: uno encima
del otro, lastimados, asustados. Yo reclamé y me
volvieron a pegar en la cabeza, sólo por decir que "no
era la forma", "que había suficiente espacio para
todos".
Llegando a la cárcel municipal nos siguieron
agrediendo, diciendo que nos creíamos muy valientes,
pateándonos y jalándonos el cabello.
A mi compañero de al lado lo lastimaron mucho y cuando
lo vi sangrando me emputé y me voltié diciendo que
"cómo se atreven a decirnos valientes cuando ellos son
los que ponen sus barricadas, cuando se ponen cascos,
tobilleras y botas, cuando tienen gas y balas; y ahora
sí se atreven a golpearnos, estando nosotros de
espaldas, totalmente indefensos". Me jalaron del pelo,
me dijeron que me callara y les dije "sí, sí, sígueme
jalando el pelo, total nunca te vas a sentir
satisfecho, aunque me lo arranques". Me pegaron en la
cabeza.
No seguí hablando. Me llevaron al separo, donde había
6 chicas más, dos que no habían tenido nada que ver,
estaban ahí sólo por haber estado en el parque en el
momento de la redada.
Estuvimos hasta las 5:30 o 6 de la mañana y nos
trasladaron en un autobús hacia el MP. Nos devolvieron
todas nuestras cosas, aunque yo ya no tenía teléfono,
ni cartera, y a mi cámara además de haberle quitado el
rollo le arrancaron un botón y me la entregaron sin su
funda. En el MP no dejaban de interrogarnos.
Uno de ellos, uno muy prepotente, me afirmó que yo era
la radical, que era anarcopunk, comunista, socialista
y demás mamadas, que seguro yo había hecho destrozos,
pintado, aventando piedras y rompiendo cristales.
Es la primera vez que en una marcha me han encerrado,
pero soy lo suficientemente consciente como para darme
cuenta que ese tipo, además de no ser abogado y ser
policía, me estaba amedrentando, me estaba culpando de
cosas que no había hecho sólo por mi aspecto y me
decía que me podía ir peor.
Por supuesto estaba asustada. Me culparon de pintas,
me dijeron que firmara mis declaraciones amenazándome
con que mi familia no iba a saber nada de mí, que no
sabía lo que me esperaba, etc.
Ahora estoy en el CERESO. Es un buen lugar, las
compañeras son buenas al igual que las custodias, pero
de vez en cuando nos restringen ciertas cosas o nos
castigan sin razón, ni las custodias saben la causa.
Nos hemos enterado, a pesar de no estar afuera, de
casos muy extraños, de la probable existencia de
infiltrados. Lo peor es que se trata de los que menos
te esperas, los que se encuentran a tu lado.
Sé porqué estoy aquí, sé lo que les molesta de mi
actitud, sé que quieren mantener la venda en nuestros
ojos.
Por algo nos mantienen amuralladas, pero la libertad
no es algo que se atrape encerrándolo, la libertad se
encuentra más allá de nuestras manos, más allá de lo
físico, y mientras sepa que allá afuera siguen
luchando yo seguiré luchando, aquí adentro, leyendo y
cantando canciones de conciencia y lucha a las
compañeras, sabiendo todas que me declaro
orgullosamente: "presa política" y nunca callaré la
verdad que hay en mi corazón."

Yucatán: dictan formal prisión a 19 altermundistas LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL

Mérida, Yuc., 23 de marzo. La juez segunda de defensa social, Rubí González Alpuche, dictó auto de formal prisión contra 19 estudiantes altermundistas involucrados en los destrozos al palacio municipal de esta capital, durante la reciente visita del presidente estadunidense, George W. Bush.

Al conocer el resolutivo, con el argumento de daño con dolo a la propiedad pública, familiares de los jóvenes, en su mayoría alumnos de de la Universidad Autónoma de Yucatán e instituciones particulares, lo calificaron de "infame" y aseguraron que los detenidos son "presos políticos". Más tarde, protestaron enfrente de la comuna emeritense.

Bush y el presidente Felipe Calderón sostuvieron del 12 al 14 de marzo una reunión bilateral en Yucatán, en cuyo marco decenas de personas organizaron protestas afuera de los sitios donde se encontraron los mandatarios.

La noche del 13 de marzo un contingente de jóvenes marchó hacia el palacio municipal de Mérida -gobernada por autoridades panistas- y arremetieron contra los policías que custodiaban el inmueble, destrozando puertas y ventanas. En un operativo policial fueron detenidas 32 personas, pero sólo 19 fueron llevadas al penal local.

Diez días después de los hechos, González Alpuche dictó auto de formal prisión a los detenidos, por lo que enfrentarán un proceso penal que durará aproximadamente un año.

El cargo principal es daño con dolo a la propiedad pública, pero los inculpados no alcanzan fianza, pues la sanción por este delito supera los 800 salarios mínimos, según el código penal del estado.

Los 19 estudiantes pueden apelar la resolución ante el Tribunal Superior de Justicia del estado, pero ni así podrán salir bajo fianza.

Los familiares de los detenidos que estaban presentes en la vista pública del juzgado segundo, al conocer el dictamen legal gritaron: "¡son presos políticos, son presos de conciencia!" González Alpuche se plantó frente a los familiares y les respondió: "¡No les hagan creer (a los estudiantes) lo que no son!"

Unas 50 personas se apostaron frente a la sede del ayuntamiento local para exigir la liberación de los estudiantes, al tiempo que gritaban "¡son presos políticos!", "¡son presos del sistema panista!", "¡gracias, Bush, te fuiste, y dejaste a nuestros hijos encarcelados!"

Se cumplen 3 semanas de la brutal represión en Yucatán; 23 jóvenes siguen en prisión

Se trata de la peor escalada contra la libre expresión desde hace décadas: activistas

Es otra acción concertada por las autoridades para inhibir las protestas en el país, dice ONG

HERMANN BELLINGHAUSEN

Muchas jovencitas padecieron excesos por parte de la policía estatal al manifestarse en contra de la visita de George W. Bush a Yucatán, en marzo pasado. Cuatro de ellas aún permanecen en prisión
Muchas jovencitas padecieron excesos por parte de la policía estatal al manifestarse en contra de la visita de George W. Bush a Yucatán, en marzo pasado. Cuatro de ellas aún permanecen en prisión Foto: José Carlo González

La Jornada a 4 Abril07. El colectivo U-Lool T'an (La flor de la palabra, en maya peninsular) denunció que este martes cumplieron tres semanas en prisión los 23 jóvenes "detenidos, golpeados y torturados hasta violentar sus más elementales derechos humanos, y de ser víctimas de injustificados autos de formal prisión en el penal de Mérida", en la peor escalada represiva en Yucatán desde hace décadas.

Se trata de cuatro jovencitas y 19 muchachos acusados de participar en actos de vandalismo la noche del 13 de marzo, tras la marcha contra la visita del presidente estadunidense George W. Bush a Yucatán. "Esperan la apelación contra los cargos que les imputan absurdamente o la condena por el 'delito' de ejercer su derecho a la libertad de expresión y asociación, o el simple hecho de haber transitado en el momento en que ocurrían los actos de vandalismo provocados por elementos infiltrados durante la marcha, quienes nada tenían que ver con la movilización de repudio".

A los jóvenes aprehendidos hay que sumar dos personas que alcanzan libertad bajo caución. "Todos son víctimas de una represión preparada y perpetrada, no sólo -como ha dicho la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh)- contra altermundistas, sino, y sobre todo, contra compañeros que han promovido y organizado diversas movilizaciones, como la que se oponía al alza de tarifas al transporte urbano de Mérida cuando Ana Rosa Payán Cervera era presidenta municipal. Se habían identificado con otras movilizaciones, en su calidad de miembros de la otra campaña, contra la represión que sufrieron los compas de Atenco y el pueblo de Oaxaca".

Los adherentes de la Sexta declaración de la selva Lacandona que se encuentran dentro del grupo de detenidos son Miguel Sulú Mut, Claudia Cerón Vega y los estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán Carlos Miguel López Sierra y Rigoberto Moreno Mendoza, además de María Victoria Texeira (de Guadalajara), Juan José García Ortiz (de Xalapa) y Gerardo González Miranda (de Querétaro).

Pueden salir libres, pagando fianza, Sara Gabriela Guzmán Muñoz (de Xalapa), quien se negó a pagarla en solidaridad con sus compañeros presos, y Fernando Posadas González El Bamby (de Cancún), quien sigue encarcelado, pues carece de los 32 mil pesos de su fianza. Ambos son adherentes a la otra campaña.

La presidencia municipal de Mérida, cuyo titular es el panista Manuel Fuentes Alcocer, elaboró una evaluación de daños al inmueble del ayuntamiento que diversas fuentes consideran "desproporcionada", y en todo caso responsabilidad de infiltrados que, como ocurrió en Oaxaca, aprovecharon las protestas para realizar actos vandálicos y "aceitar" las operaciones represivas.

En un abultado expediente de 232 páginas, producto de interrogatorios efectuados bajo tortura física o sicológica y sin apego a las garantías individuales, se ensartan presuntos delitos que los centros de derechos humanos Limeddh e Indignación consideran falsos. Por ejemplo, portación de drogas y armas blancas que habrían sido "sembradas" por las policías de Mérida y estatal a los detenidos, o bien cargos por acciones que estos no cometieron.

"La injusticia no fue sólo contra los anti-bushistas, sino también transeúntes aprehendidos en el momento de los actos de provocación, y prevaleció desde que se les detuvo hasta el momento de ser víctimas del auto de formal prisión", añade el colectivo U-Lool T'an. Los denunciantes consideran que "esta represión, en apariencia inesperada y exagerada, fue previamente calculada en medio de la coyuntura electoral en la entidad, la primera que tendrá Felipe Calderón. Nos atrevemos a pensar que, guardando toda proporción respecto a los hechos en Atenco y Oaxaca, también en Mérida se ha escalado una represión que pretende inhibir toda protesta o justificar cualquier represión para controlar brotes de resistencia, como sería un posible conflicto postelectoral, sin que la gente proteste".

Este mismo colectivo señala que, si bien el gobierno del panista Patricio Patrón Laviada ha perseguido a indígenas y activistas desde el inicio de su mandato, la de ahora es la represión más grave en el estado desde 1974, cuando fue asesinado el estudiante y activista sindical Efraín Lara Calderón, El Charras, durante la gubernatura de Carlos Loret de Mola Mediz.

El colectivo Rincón Rupestre de Quintana Roo manifestó a su vez: "Nuestros hermanos han dicho 'no', y han decidido romper el silencio haciendo uso de su libertad de expresión. En alzando su voz hacen eco de la soberanía nacional que abajo y a la izquierda sí existe. Les achacan adjetivos de 'vándalos' y 'seudoestudiantes'. De eso se encarga la prensa espuria, cuando el gobierno de México monta un gran teatro gastando miles de pesos para venerar a un asesino que debería ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Por eso exigimos la liberación inmediata de nuestros hermanos presos en Merida los días 12, 13 y 14 de marzo".