Recordando a Ernestina y a Atenco
Ayer Domingo volvimos a salir el parque para denunciar la impunidad que sufrieron y siguen enfrentando l@s compañer@s detenid@s en Atenco hace poco más de un año. Asimismo denunciamos una vez más el manejo político de la justicia y exigimos el esclarecieminto y castigo a los responsables de la violación y asesinato de Ernestina Asecensión. Una vez más fuimos fotografiados y intimidados por miembros de la policía secreta, del ejército,etc.. simplemente por hacer una denuncia en el parque público.
caudas de aire azulsucio expulsaban sus pálidos ojos.
Las nubes eran ubres de piedra opacada
con estrías de súbitos blancores:
no había jinetes sobre caballos oscurecidos
en medio del simple amanecer:
no había ruidos de dientes petrificándose
ni vísceras de flores descompuestas:
nada había
más que un cúmulo de sombras
y desaseadas transparencias
con sus pelos mojados
como raíces de negror insuficiente:
nada más que fragmentos de otras bocas
no palabras ni estallantes sílabas
entre melodías putrefactas:
ni olores a ombligo partido
ni excitados cuchillos hurgando
vientres desprotegidos y de ácido temblor.
Nada ni palos o garrotes
ni escudos de turbia cristalería
o gritos como coágulos chorreando
brutales sustancias en calles y banquetas.
Ni carros de guerra entre moscas de metal delirante
lastimando el humo desayunero
la grasa alimentaria el primer sudor:
violentando maderas y almohadas
y asesinando huesos ventanas cortinas.
El hombre Juan miró
hacia la cáscara renegrida de aquel cielo:
harapos de luz se descolgaban
como banderas de sangre resurrecta.
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